La barra y bola en Calatorao
La Barra y Bola en Calatorao
El tiro de barra y el tiro de bola han sido practicados en Calatorao durante siglos, y se inician como juegos de entretenimiento cuando las faenas agrícolas o industriales, en nuestro caso la cantería, lo permitían.
El Tiro de Bola
El tiro de bola es un juego de “pique” y consiste en lanzar con una mano una bola de hierro de “sobaquillo”, o sea, por debajo de la cintura y en el que gana el tirador que al final del partido ha empleado menos tiros en efectuar el recorrido previsto. El partido puede ser entre dos tiradores “mano a mano”, o por parejas, e incluso varios por equipo si ese desafío era pueblo contra pueblo.
En las tiradas de bola, los espectadores siguen el recorrido, siendo participantes activos en esta manifestación deportiva. Tanto los mozos como las mozas salen de su vida cotidiana y tiempo atrás, muchos noviazgos se fraguaban en este ambiente.
Ya en el siglo XIX, las tiradas de Bola tenían unos prolegómenos muy característicos y que se han mantenido tradicionalmente hasta la actualidad. El tirador de un pueblo retaba normalmente al de otro, y representantes de ambos pactaban las condiciones del desafío. El camino en que había de verificarse la tirada, procuraban tuviese accidentes del terreno para que la tirada presentara mayor dificultad y así, además de la fuerza, jugase un factor importante la habilidad del tirador. El peso de las bolas oscilaba normalmente entre 2 y 5 libras, llegando a veces hasta 11 libras (una libra equivale a 333 gramos). La cantidad apostada no acostumbraba a ser menos de 100 duros. El partido la mayoría de las veces duraba entre dos o tres días y los partidos importantes hasta ocho o diez días. Las tiradas se interrumpían al mediodía para el almuerzo y por la noche.
Antes de comenzar el partido, se reunían en el lugar del comienzo o “desembarre” los tiradores y jueces, acompañados normalmente de un concejal del Ayuntamiento de cada pueblo contendiente. Uno de los jueces echaba a “cara o cruz” la suerte de salida, lanzando al aire una onza de oro para dar mayor categoría a la prueba. A continuación, los tiradores comenzaban a lanzar alternativamente. Cuando el tirador iniciaba el lanzamiento en la línea de salida, se utilizaba la expresión “a desembarrar” o “el desembarre”, expresión utilizada también en el tiro de barra, aunque genuina del tiro de bola. El tirador puede tomar carrerilla y debe lanzar la bola antes de llegar a la raya. En el punto donde se para la bola se traza una raya que será el punto de partida del tiro siguiente. Y así sucesivamente hasta llegar al final de la distancia establecida, al que se le suele denominar “desembarre”.
En los partidos importantes se sigue actualmente manteniendo la figura del marcador. Consiste en que una persona haga de marcador, y tiene en el juego un papel capital. Cada tirador lleva el suyo y su misión es indicar a su apadrinado el punto más propicio para que la bola al tocar tierra, no se aplane y corra el mayor tramo posible. Para ello, el marcador, con notable riesgo de recibir un bolazo, se coloca como blanco, señalando el lugar donde debe “picar” la bola, observando hasta el último momento la trayectoria de la misma, y aguantando en el lugar indicado, lance que ha sido siempre ponderado por los espectadores con exclamaciones de admiración, convirtiendo el marcador en coprotagonista de la fiesta.
Las tiradas de Bola en Calatorao actualmente se efectúan en los caminos rurales del Monte de Ricla y en el Camino de Zaragoza, este último por su cercanía al pueblo, es en el que más partidos se realizan. Las fechas en las que se efectúan las tiradas más importantes son el 23 de Abril, “Trofeo de San Jorge”, en las vacaciones de Semana Santa, durante las Fiestas Patronales de Agosto y en las Fiestas del Cristo de Septiembre. No obstante, muchos domingos del año, grupos de aficionados organizan tiradas espontáneas. La distancia recorrida en las tiradas está en relación con la importancia del partido, también si es por parejas o individualmente. En general suele ser de 5 kilómetros entre ida y vuelta.
Tiradores famosos de Calatorao han sido: “Pallas”, conocido hacia el año 1890, José Sánchez en 1923, José Soria, “el Gordillón”, de La Almunia y vecino de Calatorao, según sus contemporáneos ha sido el hombre de más sangre y fortaleza que se recuerda, campeón de bola desde 1923 hasta 1943. Consiguió a boleo la distancia de 80 pasos, con bola de 5 libras. En su mejor época, medía 1,81 metros y pesaba 88 kilos. Cuentan anécdotas de que en alguna ocasión arrastró un carro de un pueblo a otro. Aquilino Poza que disputó centenares de partidos y se le considera como uno de los pioneros de este deporte en la época moderna, sobre todo entre 1950 y 1960. Fue subcampeón de Aragón en los campeonatos celebrados en 1977 y 1980. Julio Cubero que ha sido Campeón de Aragón por parejas, junto con Aquilino Poza, en 1980 en el campeonato celebrado en Épila. También Julio Cubero, y en la modalidad de parejas, ha sido vencedor, junto con Aquilino, del trofeo “Fiestas del Pilar” en 1979 y del trofeo “Heraldo de Aragón”, en 1980. Daniel Poza, que a raíz de la derrota ante Soria en el campeonato de barra de 1958, se fue a Francia. Pepe Gil, “el estudiante”, Pedro Cásedas, primer campeón regional de la época actual, al imponerse a Poza en abril de 1977.
En la actualidad hay importantes tiradores de Bola en Calatorao, que participan en las competiciones organizadas a lo largo del año. Entre ellos consideramos dignos de mención a Juan José Giménez, Alfredo Lázaro, Julio Cubero Lorente, Jesús Isla, Antonio Poza, Ricardo Cubero, Daniel Poza, Juan Giménez, Rubén Crespo, Alfredo Montesinos, Ángel Fernández y Julio Cubero Esbert.
Entre los partidos más famosos que se recuerdan están el de 1890 en el que “El Cucho” de Épila venció a Pallas por abandono de este. El recorrido fue entre La Almunia y Alpartir. En Febrero de 1936 se enfrentan “El Gordillón” y Manero de Épila, venciendo el primero en el recorrido entre Alfamén y Lucena de Jalón. Recordaba José “El Gordillón” durante una entrevista realizada el 17 de Marzo de 1982 que a las 12 se paraba a comer, se encendían hogueras con espartales y tomillo y se asaban chuletas, a la 1 se reanudaba el recorrido y se ponían en marcha la retahíla de carros y jinetes que seguían el mismo. La competición duró cuatro jornadas, la aglomeración de gente fue tal que el último día tuvo que intervenir la Guardia Civil para contener a la gente que se agolpaba en cada tirada. Ya en 1943 Emilio Cano arrebató el título a “El Gordillón” en el partido desde Calatorao a Ricla, ida y vuelta, efectuando 98 tiros contra 101 del Gordillón. El 16 de noviembre de 1946 hay un desafío entre Calvo, campeón de bola, y Manuel Soria, campeón de barra, entre Cariñena y Lucena de Jalón, totalizando 28 kilómetros. El partido, presenciado por unas 10.000 personas, según cronistas de la época, tuvo que suspenderse en tres ocasiones a causa de sendas lesiones de Soria y Calvo y por el mal tiempo reinante, reanudándose a los pocos días. Y así, tras doce días de tiradas, se proclamó vencedor Soria con dos tiros y medio de ventaja sobre Calvo. Este partido, en el que la apuesta ascendía a 20.000 pesetas y en el que se cruzaron más de 80.000 pesetas en apuestas (parece ser que una persona de Cariñena apostó 100.000 pesetas), despertó un interés inusitado. Dando idea de ello el hecho de que los aragoneses residentes en América Latina siguieron por radio las incidencias del partido a través de Radio Nacional.
El Tiro de Barra
El origen del tiro de barra proviene de las tareas del campo, donde se denominaba también tiro de Reja, ya que ésta era una parte del arado de donde se sacaban las barras. También en las canteras se usaban los barrones que se utilizaban para levantar la piedra. A diferencia del tiro de bola que es genuinamente de la comarca del Jalón, el tiro de barra se practica en casi todas las comarcas aragonesas desde la antigüedad. La tradición oral ha transmitido que hacia 1450 en el pueblo de Argavieso (Huesca) tuvo lugar una gran competición. Este pueblo estaba poblado de moriscos, vasallos del caballero cristiano Juan de Gurrea, a cuyo servicio estaba el moro Mahoma Osen, tan buen capataz como tirador de barra. Este tenía un gran contrincante, un tal Pitarque de Blasco, de profesión “zabacequia” o guardia de las acequias. Se organizó una tirada a “diez tandas de cinco tiros” y los vecinos se organizaron en dos bandos. Los moriscos apostaron por Mahoma Osen y los cristianos por Pitarque de Blasco. La apuesta era de veinte sueldos jaqueses y una comida general. El notario tenía que dar fe del resultado, cobrando diez florines de oro. Los cuidadores del morisco pusieron a su disposición patas de pollo y leche de cabra. Pitarque y los suyos prefirieron velar armas con el vino viejo de La Sarda, lugar del camino entre Argavieso y Fañanás, donde tuvo lugar la tirada. No se sabe el resultado de la apuesta. Calatorao, al igual que este pueblo de Huesca, estaba poblado de moriscos y cristianos, dominando en número de habitantes los primeros, de manera que este relato es un claro ejemplo de lo que aquí pudo pasar.
El material que se usa actualmente para las competiciones es una barra de hierro de forma cónica, con la boca en forma de bisel, de 81 centímetros de larga, 3 cm de diámetro y 7,257 kilos de peso. Además es necesaria una tabla de madera de 10x10 cm y 2 metros de larga, para marcar el inicio del campo de tiro, y un contrapeso de entre 500 gramos y 1,5 kilos, para facilitar el giro y ayudar al tirador a mantener el equilibrio.
El campo de tiro se ubica al aire libre y en terreno llano. Tiene forma tronco-cónica, con una base recta donde se sitúa el tirador y un frente arqueado. Se debe marcar un campo de tiro y un pasillo de seguridad. El campo de tiro tiene 50 metros de largo y 8 de amplitud máxima, y está subdividido en cuatro partes que, desde el punto de tirada, tienen 5, 10, 15 y 20 metros de longitud respectivamente. El pasillo de seguridad sigue la forma cónica del campo y representa una prolongación de 4 metros de amplitud máxima hacia la parte frontal del mismo.
El lanzador cogerá la barra por su punto medio, haciendo coincidir el dedo índice con el punto medio de la misma. Se situará delante de la tabla de madera y la punta de la barra irá a tocar el contrapeso haciendo girar el cuerpo. Seguidamente se lanzará la barra lo mas lejos posible, que luego ha de caer vertical o inclinada y pegar en el suelo con el extremo grueso de la barra, sin haber girado en el aire. Se compite a 8 tiros y el ganador será el que alcance la mayor distancia posible.
En las tiradas hay dos jueces, uno que controla que el lanzador no separe los pies de la tabla, y el otro cuyo encargo es decir, cuando cae la barra, si el tiro es nulo o válido.
El tiro de barra se practicó en Aragón a lo largo de los siglos sin ningún reglamento oficial. Es en el año 1931 cuando se celebra el primer Campeonato de Tiro de Barra de forma oficial y bajo un reglamento basado en las normas tradicionales. El primer clasificado fue Manuel Bazán, del barrio de Miralbueno, con un tiro de 15,56 metros. Este lanzador consiguió el récord de lanzamiento con una marca de 16,80 metros, que mantuvo durante 42 años imbatido. En 1942 se funda la Sociedad deportiva de Amigos de la Barra y en 1956 la Barra Aragonesa se integra en la Federación Aragonesa de Atletismo. Anteriormente Bazán había elaborado un Reglamento que fue el primero oficial y por el que se rige actualmente, con escasas variaciones, el tiro de barra. Durante los años sesenta se paraliza la actividad notablemente. Es el 24 de Octubre de 1976 cuando se convoca un concurso en el Stadium Venecia de Zaragoza en el que participan 7 tiradores de Calatorao, 5 de Casetas, 3 de Épila y 1 de Zaragoza. Entre los ganadores está Julio Cubero que quedó en segundo lugar con un tiro de 15,04 metros. A partir de este momento se reanudan las competiciones oficiales de Barra Aragonesa y en Marzo de 1978 se constituye en Calatorao la Comisión de Tiro de Barra Aragonesa de la Federación Zaragozana de Atletismo, y el 13 de Marzo de 1982 se constituyó la actual Federación Aragonesa de Deportes Tradicionales, de la que Jesús Guerrero Ruiz, de Calatorao, es actualmente Presidente.
El 19 de Marzo de 1978, se celebra el primer Campeonato de Aragón en el Parque Deportivo Ebro de Zaragoza. El primer clasificado y por tanto proclamado campeón de Aragón, fue Félix Serrano, de Calatorao, con un lanzamiento de 16,57 metros, En este mismo campeonato Julio Cubero fue segundo con un tiro de 15,75 metros y Jesús Gracia quedó en quinto lugar con un tiro de 14,95 metros. A partir de este momento Félix, que con 24 años de edad medía 1,90 metros, pesaba 108 kilos y tenía una envergadura de 210 centímetros, es el campeón indiscutible de Aragón desde que comenzó a los 19 años, al batir el record de lanzamiento de barra en el concurso celebrado el 31 de Diciembre de 1977 en Boquiñeni, en el que Félix Serrano batió, con un tiro de 16,99 metros, después de cuarenta y dos años el record de Aragón a Manuel Bazán. Desde ese momento Félix participa en todas las competiciones oficiales organizadas, siendo el tirador más brillante y consolidado de todos los tiempos en la modalidad del deporte de Barra Aragonesa en Calatorao. Así participa ganando o quedando en muy buena posición el 18 de Marzo de 1978, el 12 de Octubre de 1979, el 18 de Octubre de 1980, el 12 de octubre de 1981 estableciendo un nuevo récord con un lanzamiento de 18,09 metros, Sigue ganando en 1982, 1983, 1984, 1985 y 1986, este último año en la plaza de toros de Zaragoza, ante unas 4.000 personas, ganando la fase final del Campeonato de Aragón 1ª categaría. Ángel Fernández de Heredia llegó a ser Campeón de Aragón, en la actualidad este tirador se encuentra lesionado.
Por último citar a Sergio Aguarón, tirador de barra con 22 años. Tiene unas características físicas muy buenas. A lo largo del año 2002 y 2003 ha realizado muy buenas tiradas que son para tener en cuenta, en cuanto a distancia se refiere. Posiblemente sea el futuro Campeón de Aragón. Le deseamos mucha suerte y que siga adelante, a él y a todos los tiradores jóvenes de Calatorao.